El otro día hablando con Ale de la Fundación Carreras comentaba que el blog de enferma no puede durar toda la vida. Y tenía razón. Ya he terminado hace rato los tratamientos. Sigo teniendo pequeñas historias pero como cualquier otra persona. La leucemia ha desaparecido de mi vida.
La idea de este blog era, además de mantener informados a los familiares y amigos, encontrar a alguien con mi mismo diagnóstico. Recuerdo cuando me dijeron el nombre de la enfermedad lo busqué por Internet y fue horroroso. No por la información que no sabemos interpretar (aunque yo conté siempre con ventaja, Luigi entiende de medicina y sabe explicar muy bien) si no por los blogs que encontraba. Encontraba blogs de gente muerta, gente con mi misma enfermedad y muerta. Y eso da muy mal rollo. Por eso este blog se llama como se llama. Sí, ese nombre tan largo y raro. Para hacer señales de humo a la gente que empieza en esto, para que vean que hay alguien que sigue vivo y rompiendo las bolas. (En romper tengo un master y si no me creéis preguntarle a mi marido).
El problema está en que si ese alguien entra y ve mi blog lleno de cosas de ganchillo, se va a pensar que la quimio me ha afectado al cerebro. Creo que tengo que usar el blog que alguna vez abrí (ya os pasaré la dirección) para contar mis tonterías tontas y dejar éste para los temas médicos.
¿Qué pensáis? Necesito vuestros comentarios para tomar esta decisión.
Mientras me los dais me voy a hacer una cosa que odio con toda mi alma. Ordenar los armarios. Tengo que reciclar ropa. Tantos cambios de peso me han dejado un armario lleno de ropa que no uso. Espero llenar bolsas y bolsas de ropa que le sirva a otra gente. Y dejar el armario con lo justo.
Bss con neupogen que siempre vienen bien.