Profilaxis

Con el permiso de Granell el finde, a pesar de las nauseas y estar muy cansada, mi santo marido y yo nos fuimos a Sant Feliu (dónde espero que algún día se festeje la reunión de 'pelones y afines' como muy bien dice Lou en su blog: http://mermeladadeamor.blogspot.com/). Por fin tuve el placer de conocerla y de poder hablar un ratín con ella, lástima que no tuviéramos más tiempo. Es genial poder hablar en persona con la gente con la que conectas a pesar de no haber compartido nada más y nada menos que una enfermedad... Dejo foto para que os muráis de envidia y os apuntéis a la quedada de pelones a celebrar cuando todos podamos (ya se sabe que lo de hacer planes con esta enfermedad es como relativo). Eso sí, estaría bien que la gente que esté dispuesta vaya avisando, así vamos organizando.

El resto sigue siendo rutina: lunes y jueves al hospital de día. Los lunes analítica, limpieza de catéter y Granell con opción a transfusión de sangre o de plaquetas y pinchazo de neupogen (que siempre viene bien). Los jueves  igual que los lunes pero sin limpieza de catéter (es sólo una vez por semana). Normalmente el bueno de Granell me quita alguna pastilla que ya no necesito y mi estómago lo agradece sientiendose mejor. La ciclosporina en sangre me da valores altos (la ciclosporina es un medicamento que tomo para no hacer rechazo) por lo que me van modificando a la baja la dosis. Si no me equivoco ahora sólo tomo:

ondansetrón, ranitidina, ciclosporina, micofenolato, magnésio, posaconazol y aciclovir. A demanda (que lo demando todas las noches para dormir bien) lorazepan y desketoprofreno. Cómo podéis ver no me estoy de nada... Aunque parezcan muchas pastillas la verdad es que creo que son la mitad de las que tomaba, por ejemplo, ya no tengo la presión alta, así que las cuatro pastillas por día que me tomaba ya no me hacen falta. Poco a poco todo va volviendo a la normalidad y eso en el ánimo se nota. En el mio y en el de Luigi ya que salimos con las baterías descargadas después de dos meses de encierro, ahora estamos mejor.

El otro día Granell nos dijo que quería que ganara un kilo por semana (sigo bajando de peso), Luigi le contestó que con suerte empatábamos. La verdad es que perdimos... Hay un poema que me recuerda esta situación, cuando estaba gorda y quería adelgazar no había forma de bajar un gramo y sin embargo ahora camino 500 metros y me adelgazo... 'Cuando quiero llorar, no lloro... y a veces lloro sin querer... '

Por suerte me voy sintiendo mejor y eso me permite comer un poco más, pero sólo un poco... piano piano si va lontano. Ah, como no soy capaz de subir me ha enviado a la psicooncóloga (con la que ya tenía hora...) para que me haga comer... yo no sé qué me va a decir esa pobre mujer que no me hayan dicho los demás, pero bueno, ya os contaré.

Por otro lado ahora tenemos un tratamiento nuevo de profilaxis, como mínimo curioso. Tengo que ir una vez al mes al hospital de día de enfermedades infecciosas a que me den a través de vía inhalatoria 'pentamidina isetionato' para prevenir un tipo de neumonía llamado 'Neumonía por Pneumocystis carinii'. Me parece que después del trasplante no me va a quedar nada por probar...

Por cierto el jueves cumplo 33 y el día once cumplo 2 meses del trasplante. Ahora tengo dos fiestas de cumpleaños!!! no todo el mundo puede decirlo. Ah, hoy sí, subo unas cuantas fotos de todo el proceso... 

Ahí os dejo el poema de Rubén Darío

Canción de otoño en primavera

Juventud, divino tesoro, 
¡ya te vas para no volver! 
Cuando quiero llorar, no lloro... 
y a veces lloro sin querer... 

Plural ha sido la celeste 
historia de mi corazón. 
Era una dulce niña, en este 
mundo de duelo y de aflicción. 

Miraba como el alba pura; 
sonreía como una flor. 
Era su cabellera obscura 
hecha de noche y de dolor. 

Yo era tímido como un niño. 
Ella, naturalmente, fue, 
para mi amor hecho de armiño, 
Herodías y Salomé... 

Juventud, divino tesoro, 
¡ya te vas para no volver! 
Cuando quiero llorar, no lloro... 
y a veces lloro sin querer... 

Y más consoladora y más 
halagadora y expresiva, 
la otra fue más sensitiva 
cual no pensé encontrar jamás. 

Pues a su continua ternura 
una pasión violenta unía. 
En un peplo de gasa pura 
una bacante se envolvía... 

En sus brazos tomó mi ensueño 
y lo arrulló como a un bebé... 
Y te mató, triste y pequeño, 
falto de luz, falto de fe... 

Juventud, divino tesoro, 
¡te fuiste para no volver! 
Cuando quiero llorar, no lloro... 
y a veces lloro sin querer... 

Otra juzgó que era mi boca 
el estuche de su pasión; 
y que me roería, loca, 
con sus dientes el corazón. 

Poniendo en un amor de exceso 
la mira de su voluntad, 
mientras eran abrazo y beso 
síntesis de la eternidad; 

y de nuestra carne ligera 
imaginar siempre un Edén, 
sin pensar que la Primavera 
y la carne acaban también... 

Juventud, divino tesoro, 
¡ya te vas para no volver! 
Cuando quiero llorar, no lloro... 
y a veces lloro sin querer. 

¡Y las demás! En tantos climas, 
en tantas tierras siempre son, 
si no pretextos de mis rimas 
fantasmas de mi corazón. 

En vano busqué a la princesa 
que estaba triste de esperar. 
La vida es dura. Amarga y pesa. 
¡Ya no hay princesa que cantar! 

Mas a pesar del tiempo terco, 
mi sed de amor no tiene fin; 
con el cabello gris, me acerco 
a los rosales del jardín... 

Juventud, divino tesoro, 
¡ya te vas para no volver! 
Cuando quiero llorar, no lloro... 
y a veces lloro sin querer... 
¡Mas es mía el Alba de oro!