Hongo porongo

¿Os acordáis de la lesión de la oreja que no se me curaba? Una cándida, era tan buena que no quería irse. 

El jueves fuimos a la analítica de rutina y Luigi me llevó de las orejas a que algún hematólogo me derivara a dermatología, porque lo de las orejas no se iba y había días que estaba fatal. Con fatal quiero decir que era una herida abierta y se me pegaba, literalmente, a la almohada. Por suerte en planta estaba Granell y nos hizo la derivación en un momento... nos tiene una paciencia!!!! También por supuesto estaban mis enfermeras y auxiliares y las de la limpieza, gente a la que me encanta ir a ver.

La dermatóloga (a veces pienso que tengo demasiados ologos en mi vida) lo miró, se lo dejó ver a los cuatro residentes que tenía al lado y me dijo que no era nada, una cándida. Así que una pomadita dos veces al día durante quince días y en teoría solucionado. 

Más allá de todo eso y volviendo a la semana anterior... En una analítica de la reumatóloga me salieron los valores alterados de la tiroides, poca cosa, pero posible hipotiroidismo. Seguro que de ahí me viene la vagancia... Excusamaker al poder!!! Bueno, la cosa es que san Granell de nuevo nos derivó a la endocrinóloga y esta nos dijo que teníamos que repetir la analítica y volvernos a ver con los resultados. Como no nos queda cerca el hospital y como no me gusta que me pinchen, decidimos hacer un 3x1 y juntar todos los análisis, los del ginecólogo, los del hematólogo y los del endocrinologo... 

El viernes pasado me pusieron de nuevo las vacunas, ahora ya tengo identificada cuál es la que duele.  La del Haemophilus, o algo por el estilo. Quedé con Clara para aprovechar la mañana y entró a la sección de 'enfermedades infecciosas' que está en el mismo pasillo que la sección de oncohemato y que cuando estás enfermo da un mal rollo pasar por ahí terrible. 

Después de las vacunas, que fue rapidín como siempre, nos fuimos a 'gordear'. Teníamos pendiente desde hace meses ir a la chocolatería Valor a comer chocolates. Yo no sé si fueron los chocolates, el calor, la humedad, los sofocos o las vacunas pero empecé a sentirme como el tuge. Iba caminando y pensaba largo los chanchitos aquí mismo, pobre Clara. Lo llevé lo mejor que pude hasta que me encontré fatal. Luego se me pasó un poco y nos sentamos en un banquito con mi marido y Clara a tomar la fresca. Ahí me sentí mejor, pero temporalmente. Al final volvimos a casa y me tiré unos días sin hacer nada de nada. 

Ya estoy mejor, aunque los calores me hacen estar cansada todo el día. 

Como estoy un poco cansada de hacer flores, aunque reconozco que me encantan, me puse a tejerme el cojín y ya está casi terminado. Me falta esconder y cortar los hilos, eso es la muerte a escobazos, y unir los laterales y coserle botones.

Cómo es el primero que me hago para mi me parece lindisimo, aunque no lo sea. Ahí dejo unas fotos advirtiendo que está sin terminar, puesto encima del cojín.